Cirugía Micrográfica de Mohs
La piel al constituirse como el órgano más grande de nuestro cuerpo también alberga al tumor maligno más frecuente de los seres humanos. Hablamos del carcinoma basocelular, que es un tumor con bajo potencial metastásico, baja mortalidad, pero con alto poder de destrucción a nivel local generando alteraciones significativas en la calidad de vida, cicatrices, mutilaciones y pérdidas funcionales de unidades como nariz, boca y párpados.
Como siempre, en el manejo de cualquier enfermedad maligna impera la necesidad de un diagnóstico oportuno y un tratamiento apropiado.
Según el documento de Cuentas de Alto Costo en Colombia en el año 2021 el principal cáncer que las entidades prestadoras de Salud (EPS) reportaron fue el carcinoma basocelular en un 70% (72.226 pacientes con esta variante), siendo la edad de aparición más frecuente los 63 años.
Existen guías nacionales e internacionales para el manejo del cáncer de piel, por tanto, existen múltiples tratamientos disponibles que van desde manejos destructivos (cauterización, criocirugía), cirugía convencional, radioterapia, terapias tópicas (cremas), terapias orales (vismodegib) y la Cirugía Micrográfica de Mohs. La especialidad que está involucrada en el diagnóstico y en la mayor parte de los tratamientos es el dermatólogo, pero también contamos con oncólogos clínicos, cirujanos oncólogos, radioterapeutas, cirujanos plásticos, patólogos entre otros.
En 1933, el medico dermatólogo Frederic Edward Mohs, de 23 años descubrió e inicio la técnica que hoy lleva su nombre, la cual ha venido siendo perfeccionada a través de los años y se realiza en muchos lugares del mundo, aunque pocos dermatólogos la practican. Requiere de un entrenamiento riguroso, es precisa, de paciencia, exigente y ha demostrado unas tasas de curación de hasta el 99%. Tiene indicaciones para el tratamiento del carcinoma basocelular principalmente, pero también para el carcinoma escamocelular, algunos melanomas, enfermedad de Paget, dermatofibrosarcoma protuberans, carcinoma de células de Merkel, carcinoma sebáceo y carcinoma adenoide microquístico.
Es una intervención quirúrgica que usualmente se hace con anestesia local en salas de pequeña cirugía, es ambulatoria y la reparación quirúrgica del defecto se puede realizar idealmente el mismo día. Consiste en extraer el tejido tumoral maligno con márgenes estrechos (1 a 2 milímetros) en varias etapas, para preservar tejido sano y casi siempre se analiza inmediatamente el espécimen con el patólogo (mediante cortes por congelación) y hasta que no se reporte que los bordes por donde cortamos estén libres de células malignas, el procedimiento no se detiene.
Figura 1 Cirugía de Mohs
Para decidir que técnica es la ideal para el paciente, existen unas condiciones reguladas como decía arriba en guías de práctica clínica, donde se tiene en cuenta la localización anatómica (casi todos los carcinomas de cabeza y cuello, manos, pies, genitales, piernas), la variedad patológica, el tamaño, si es un tumor nuevo o recidivante, las condiciones del enfermo y por supuesto las decisiones del mismo.
Anteriormente para acceder a esta cirugía debia desplazarse el paciente a grandes capitales del país. Hoy en la región del eje cafetero, se realiza esta técnica con inmensos resultados satisfactorios y altas tasas de curación. Para acceder a la Cirugía Micrográfica de Mohs lo pueden hacer desde pacientes de EPS subsidiados, EPS contributivos, medicina prepagada, planes complementarios y por supuesto particulares.
Contamos en la UDL grupo dermatológico con instalaciones apropiadas y grupo técnico formado para tal fin que consta de citohistotecnólogas, patólogo, dermatólogos, cirujano plástico, dermatólogo oncólogo y el cirujano de Mohs.
Fabian Andrés Hernández Velasco M.D.
Especialista en Dermatología
Master Cirugía Micrográfica de Mohs
Universidad Autónoma de Barcelona