Whatsapp
InicioBlogToxina botulínica aplicada a la sudoración

Toxina botulínica aplicada a la sudoración

Para aquellas personas en quienes la sudoración excesiva se convierte en un problema importante, a veces limitante en la realización de una vida cotidiana normal; como en aquellos que no logran escribir una nota sin mojar el papel o presentan humedad en su ropa por la gran sudoración axilar inclusive sin realizar actividad física; la toxina botulínica se convierte en una opción de tratamiento eficiente de duración intermedia y de un costo moderado. 

 

La sudoración es controlada por el sistema nervioso autónomo, la parte del sistema nervioso que no está bajo nuestro control. La sudoración es la forma natural del cuerpo de regular la temperatura, el clima cálido, el ejercicio y el estrés emocional son situaciones que pueden hacerlo sudar más de lo habitual.  

 

La función de las glándulas sudoríparas ecrinas (responsables del sudor) se encuentra ligada a la regulación de la temperatura corporal. La piel tiene diversos termorreceptores (sensores de temperatura) cutáneos e hipotalámicos que emiten impulsos a través de la médula espinal y el tálamo hacia el hipotálamo, principal centro de regulación de temperatura en el cerebro. Ante situaciones de calor o ansiedad, el sistema termostático hipotalámico provocará un descenso de la temperatura mediante vasodilatación cutánea y estimulación de la producción de sudor.

 

Precisamente la toxina botulínica inhibe temporalmente el efecto de la acetilcolina, que es el neurotransmisor encargado de pasar el impulso eléctrico a la célula muscular, consiguiendo interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. La toxina bloquea los mensajes procedentes de los nervios que están ordenando a las glándulas sudoríparas a producir sudor… y no se suda.

 

Para la aplicación se procede a delimitar el área de tratamiento y se traza una cuadrícula para ubicar los sitios donde se inyectará. La aplicación se realiza de manera inyectable con una aguja muy fina, infiltrando en la piel pequeñas cantidades de la toxina en el área a tratar, aproximadamente cada 1 a 2 cm.  El paciente deberá tener reposo por las siguientes 4 horas para evitar la migración de la toxina.

 

El efecto de la aplicación empieza a hacerse evidente a los 4 o 5 días y se hace pleno el día 10 a 12, durando su efecto entre 6 a 8 meses. 

 

El tratamiento tiene pocas contraindicaciones, entre ellas enfermedades poco frecuentes como miastenia gravis o enfermedad de Eaton Lambert. También tiene limitaciones en pacientes anticoagulados o que tengan tratamiento con algunos antibióticos. 

 

La aplicación es en términos generales muy bien tolerada, requiriendo bloqueos anestésicos sólo en contadas oportunidades. Puede repetirse después de los 6 a 8 meses. 

 

Existen riesgos mínimos como la reducción temporal de la fuerza de las manos si la aplicación se hace más profunda de lo necesario. Tal efecto es poco frecuente y habitualmente de corta duración.   

 

Por: Dr. Juan Manuel Molina Médico y Cirujano 

En UDL somos expertos en reducción de sudoración, ¡Escríbenos vía WhatsApp!

 

Compartir:

Comentar


Comentarios

0 registros encontrados
banner contenidos 1