Sudar es un mecanismo fisiológico que ayuda al cuerpo a permanecer fresco, especialmente en temperaturas cálidas, al ejercitarnos, o en respuesta a situaciones emocionales.  Sin embargo, cuando una sudoración excesiva se presenta sin estos desencadenantes se denomina hiperhidrosis (hiper-exceso, hidro-sudor), la persona experimenta una sudoración excesiva e incontrolable, más allá de lo necesario para regular la temperatura corporal. Esta condición se puede presentar en temperaturas frescas e incluso en reposo. Afecta a personas de todas las edades y puede tener un impacto significativo en su calidad de vida.

Puede estar relacionado con una hiperactividad de las glándulas sudoríparas que se distribuyen a lo largo de la superficie del cuerpo. Existen dos tipos de glándulas sudoríparas:

• Las glándulas sudoríparas ecrinas, que se encuentran en todo el cuerpo.

• Las glándulas sudoríparas apocrinas, que se encuentran principalmente en las axilas y en la región perianal.

Las zonas más afectadas suelen ser las axilas, las palmas, las plantas y el rostro.  Se puede presentar:

• Hiperhidrosis generalizada: Cuando afecta todo el cuerpo

• Hiperhidrosis focal: Cuando está limitada a una zona

• Hiperhidrosis secundaria: Como resultado de otra patología médica como ansiedad, cáncer, abuso de medicamentos y sustancias, hipertiroidismo, menopausia entre otras.

La sudoración excesiva puede causar manchas en la ropa, dificultad para realizar actividades cotidianas y una constante sensación de incomodidad física y emocional.

En el área laboral, la hiperhidrosis puede ser especialmente problemática y puede influir en su desempeño profesional. Profesiones como fotógrafos, sastres, chefs, artistas, deportistas, vendedores entre muchos más ven su actividad diaria interrumpida por esta condición. 

Afortunadamente, existen alternativas médicas que pueden ayudar a controlar esta condición y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

Una opción comúnmente utilizada es el uso de antitranspirantes especiales. Estos productos contienen compuestos químicos que ayudan a reducir la producción de sudor en las áreas afectadas, como las axilas, las palmas o las plantas. Los antitranspirantes a base de cloruro de aluminio son particularmente eficaces para controlar la sudoración excesiva.

Otra alternativa es el uso de medicamentos específicos para la hiperhidrosis. Algunos medicamentos, como los anticolinérgicos, pueden ayudar a regular la actividad de las glándulas sudoríparas y disminuir la sudoración. Sin embargo, es importante consultar al dermatólogo antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico, ya que estos medicamentos pueden tener efectos secundarios y no están indicados en todos los casos.

La terapia de iontoforesis para palmas o plantas es otra opción utilizada para tratar la hiperhidrosis. Este procedimiento implica sumergir las áreas afectadas en agua mientras se aplica una corriente eléctrica suave. La iontoforesis ayuda a bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas y puede reducir significativamente la sudoración excesiva. Este tratamiento generalmente se realiza en sesiones regulares y requiere un equipo especializado.

Toxina botulínica para palmas, plantas o axilas es una opción temporal que presenta mejoría clínica, normalmente, durante la primera semana post inyección. La repetición de las infiltraciones de Toxina Botulínica se podrá realizar cuando disminuya el efecto clínico de la inyección anterior y el especialista lo considere necesario. Conoce más sobre esta alternativa

La alternativa más novedosa actualmente es la aplicación de Ondas Térmicas para axilas. Estas ondas atrofian las glándulas sudoríparas axilares reduciendo de manera permanente la sudoración en esta área. Conoce la Onda Térmica miraDry

En casos más graves de hiperhidrosis, cuando otras opciones de tratamiento no han sido efectivas, se puede considerar la cirugía. Existe la cirugía láser para axilas que destruye las glándulas de manera permanente y la simpatectomía torácica endoscópica, un procedimiento quirúrgico en el cual se interrumpe o elimina la señal nerviosa que estimula la sudoración excesiva. Sin embargo, la cirugía conlleva riesgos y solo se recomienda en casos severos y luego de haber agotado otras alternativas.

En resumen, la hiperhidrosis puede ser tratada mediante diversas alternativas médicas. Estas incluyen el uso de antitranspirantes especiales, medicamentos, procedimientos como la iontoforesis, Toxina Botulínica y Ondas Térmica Miradry y, en casos severos, cirugía. Cada opción de tratamiento tiene sus propias ventajas y consideraciones, por lo que es importante buscar asesoramiento dermatológico UDL para determinar la mejor opción en cada paciente. 

Por: Dr. Hernán E. Duque R. - Médico Dermatólogo

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